Es común escuchar la frase, por demás trillada: “Los jóvenes son el futuro de México”. Pero si nos asomamos un poco a ver qué está haciendo la juventud del país, encontraremos que no es el futuro: es el presente.

Te presentamos las historias de quienes, aún siendo estudiantes, con esfuerzo, creatividad, iniciativa y responsabilidad, están haciendo grandes aportaciones a la sociedad.

En 1997, durante la Serie Mundial de Ligas Menores, el equipo infantil de Lindavista, de Monterrey, estaba cerca de la derrota ante su contrincante norteamericano con el marcador era 4-0. Todo parecía indicar un inminente fracaso, cuando desde las gradas empezaron a corear “Sí se puede; sí se puede”. El marcador dio un giro a favor de los niños mexicanos, quienes cerraron el partido con un triunfal 4-5. Esta frase fue el legado que nos dejaron los chicos beisbolistas y su porra. Los niños y jóvenes de México tienen una gran capacidad. Muchas veces, para dar el brinco solo hace falta que alguien les diga que se puede.

Los 17 estudiantes que te presentamos a continuación han logrado triunfos increíbles porque han creído en sí mismos, han escuchado esa voz interna que les dice “Sí se puede”.

1. Alexa Moreno

  • Arquitectura

A sus 22 años, Alexa Moreno ha conquistado varias preseas en su disciplina: la gimnasia olímpica. Originaria de Mexicali, Baja California, Alexa fue la única mexicana que participó en los Juegos Olímpicos de Río en 2016 como gimnasta. Obtuvo el duodécimo puesto mundial en la categoría de salto de caballo.

Su historial es impresionante: en los Juegos Centroamericanos de 2010 y 2014 obtuvo el oro; en la Copa del Mundo de Gimnasia Artística de Anadia, Portugal, recibió plata en salto de caballo.

Asistir y triunfar en una justa olímpica no es cosa fácil: requiere mucho trabajo y dedicación. El solo hecho de estar presente en los Juegos Olímpicos quiere decir que ha destacado por encima de muchas otras gimnastas, y eso es ya un mérito. Por si fuera poco, Alexa no solo se dedica a la gimnasia, también cursa la carrera de Arquitectura.

Alexa es una mujer exitosa, que no se detiene ante ninguna crítica y que pone muy en alto en nombre de México.

Alexa Moreno
Foto: © Alexa Moreno
2. Eric Valdés Marines
  • Piano en la Universidad Rice, Houston

No cabe duda que Eric Valdés nació para la música y que es un talento nato. A los 9 años ya estudiaba en el Centro de Estudios Musicales de Saltillo, Coahuila. En el 2013 ingresó en el Programa Especial para Niños Talento en la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Desde 2016 estudia en el Programa Preparatorio de la Escuela de Música de Shepherd en la Universidad Rice en Houston, Texas.

Eric tiene un talento, es cierto, pero lo que ha hecho con este don no lo hace cualquiera. En su cumpleaños número 13 dio un recital en una casa hogar y, a diferencia de otros conciertos, en esa ocasión dio una pequeña explicación de las piezas que ejecutaba. La respuesta de su joven público fue extraordinaria. A partir de esa experiencia, Eric supo que, además de continuar sus estudios de música, quería hacer algo para acercar este arte a los jóvenes.

Por eso creó el proyecto “Ruta Mágica del Piano”, recitales en los que no solo se limita a tocar piezas musicales, sino que va mucho más allá: cuenta la historia del instrumento, platica sobre las composiciones, da herramientas a jóvenes y niños para que comprendan y disfruten la música.

Eric Valdés Marines
Foto: © Eric Valdés Marines

3. Rosa Victoria Cantú Rodríguez

  • Sexto de primaria en la Escuela Moderna Americana

Originaria de la Ciudad de México, Victoria acaba de cumplir 13 años y ya tiene toda una trayectoria académica de primera. Siempre entre los mejores promedios de su grupo escolar ha ganado medalla de oro en la etapa nacional de la I Olimpiada de Matemáticas de Educación Básica 2017, fue preseleccionada para representar a México en la categoría de primaria en la International Mathematics Competition (IMC) 2018, la competencia de matemáticas de primaria y secundaria más importante del mundo y hasta fue invitada por la UNESCO en 2017 para participar como ponente en el simposio “Enseñanza de las Ciencias en Preescolar con Enfoque de Género”.

El gusto por la ciencia, que comparte con su hermano, comenzó desde que era pequeña. Juntos se divertían con juegos relacionados con las matemáticas y la ciencia. Sus padres, su escuela y sus entrenadores de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas la han apoyado en todas sus empresas: ellos han sido ese “Sí se puede” que Victoria necesitaba.

Victoria es una niña que se entrega en cada proyecto en el que se aventura. Para muestra: participó en un campamento de tecnología organizado por Robotix en Silicon Valley, California, y por su destacada participación, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes la invitó a asistir al lanzamiento del satélite Morelos 3 en Cabo Cañaveral, Florida.

Las matemáticas no son su único fuerte. Desde los tres años practica el ballet y desde los seis toca el violoncello. Su esfuerzo y creatividad se han traducido en éxitos: la Academia de Ballet del Valle le otorgó el Premio a la Mejor Coreografía y el Premio al Mejor Uso de Recursos Coreográficos. Violoncelista también, Victoria ha dado conciertos como solista, en ensamble y en orquesta con el Instituto Kwapisz. El Concierto para dos cellos de Vivaldi, la Primera Sinfonía de Brahms, la Sexta Sinfonía de Beethoven y la Octava Sinfonía de Schubert son algunas de las piezas que ha interpretado.

A cada una de sus actividades, Vicky le dedica horas de práctica con todo gusto, porque de nada vale el trabajo si no hay disfrute. Podríamos decir que en su nombre se define su trayectoria: ¡Victoria!

Rosa Victoria Cantú Rodríguez
4. Arturo Azael García Ramos
  • Odontología en la Universidad Autónoma de Baja California y contaduría pública en Universidad Vizcaya de las Américas

El primer paso comenzó cuando ganó el concurso de Joven Emprendedor de la Universidad Estatal Tecnológica de Tijuana. A los 17 años obtuvo el tercer lugar en la categoría Emprendedor Abierto por su proyecto de deshidratación con energía solar de frutas. Con este empuje, Arturo Azael se animó a crear su propia empresa: Frutalízate, una botana saludable hecha con energía natural. Certificó esta propuesta en el programa del Instituto Nacional del Emprendedor (Inade), y desde entonces se sigue produciendo. En 2016, Arturo mereció el Premio Nacional de la juventud 2016.

Arturo es un ejemplo de que aún siendo joven puede ser todo un empresario. Aún tiene mucho que aprender, por eso actualmente cursa dos licenciaturas: odontología, porque le gusta la ciencia, y contabilidad, para tener las bases administrativas y contables que le serán de utilidad para su empresa.

Arturo Azael García Ramos
Foto: © Arturo Azael García Ramos

5. Ana Illanes Martínez de la Vega

  • Segundo de secundaria en la Escuela Moderna Americana

A punto de cumplir los 13 años, Ana cursa segundo año de secundaria y ya tiene en su haber varios premios, aunque compita contra chicos dos años mayores que ella: oro en la Olimpiada Matemática Rioplatense en 2017, oro y plata en Olimpiadas de Matemáticas nacionales y regionales; plata y bronce en las Olimpiadas Iraníes de Geometría; primer lugar del concurso de matemáticas Carl Friederich Gauss, en Morelos.

En sus inicios no obtuvo los primeros lugares, pero siguió participando y pronto vio el resultado de su esfuerzo. Ana narra sus primeras experiencias en competiciones:

“Cuando estaba en tercero de primaria, participé en Le Kangourou de Mathématiques, que hacían en la escuela, y quedé en el lugar 256. Luego, en quinto de primaria quedé en lugar 20, y en sexto entré a la Olimpiada de Matemáticas de la Ciudad de México. Mi mamá me inscribió en los selectivos para el nacional de matemáticas. Yo no sabía que eran selectivos, pensé que era una ronda y nada más. Pasé tres etapas y empezó a haber entrenamientos. Luego pasé la cuarta etapa y ya solo quedaban seis personas en la competencia para ir al nacional. A partir de ahí he ganado.”

A Ana siempre le han gustado las matemáticas porque “son exactas y perfectas”. La joven matemática nos cuenta que le atraen porque “todo funciona perfectamente y las cosas no se contradicen entre sí; además, me emociono mucho cuando descubro algo nuevo”.

A parte de los números, Ana tiene otros pasatiempos: leer libros (sobre todo los de misterio, en particular Agatha Christie), hacer malabares (“porque siempre puedes aprender nuevas formas de hacerlos,” nos platica) y recordar cosas y escribirlas (“porque te hace pensar en muchas cosas de las que no te acuerdas”). También corre, nada, toca el piano, juega juegos de mesa, aunque “no lo hago todo el tiempo”, aclara Ana.

¿El secreto de Ana? El gusto por lo que hace, el apoyo de su familia, la dedicación, y sobre todo, la confianza en ella misma.

Ana Illanes Martínez de la Vega
Foto: © Ana Illanes Martínez de la Vega

6. Julián Ríos

  • Preparatoria del Tecnológico de Monterrey

Un mal diagnóstico provocó que la madre de Julián Ríos, un joven de 18 años, perdiera sus senos. Este lamentable suceso motivó a Julián a investigar sobre el cáncer de mama. Se enteró de que las mastografías tenían un riesgo: eran radiaciones y había una alta probabilidad de fallo.

Junto con un grupo de estudiantes, Julián desarrolló un brasier que por medio de biosensores y algoritmos puede detectar este tipo de cáncer. La información que se genera con cada mujer que porta el brasier alimenta una base de datos, que determina –cada vez con mayor exactitud– qué tipo de cáncer es y en qué fase se encuentra. Sin duda, esta tecnología no invasiva al servicio de las mujeres fue la gran aportación de este joven originario de Monterrey.

Julián Ríos
Foto: © Julián Ríos Cantú

7. Carolina Santos Segundo

  • Humanidades en la Universidad Autónoma del Estado de México

La historia de Carolina comienza con la defensa de su derecho a la educación. Originaria del Estado de México, creció en una comunidad donde la mayoría de las mujeres solo estudian la primaria y a lo mucho la secundaria, después se casan o se trasladan a la Ciudad de México para trabajar como empleadas domésticas. Carolina tuvo que ir en contra de las costumbres familiares y sociales de su entorno y luchar por su derecho a estudiar.

Un profesor le ayudó a ingresar en un internado-preparatoria. Aprovechó esa oportunidad que la vida le brindaba y, tras la concluir la prepa, continuó sus estudios en la licenciatura de Comunicación en la Universidad Intercultural del Estado de México.

Carolina ha sufrido discriminación a lo largo de su vida, primero en el ámbito educativo y, después, por su condición de indígena mazahua. Sensible a la situación de muchas mujeres, niños y adolescentes, Carolina, ha volcado su energía en defender el derecho de ellos a la educación, a elegir sobre su vida y a romper patrones marcados por la sociedad.

Por su labor de hacer válidos los derechos de las mujeres indígenas, Carolina fue invitada a representar a México en la ONU. En 2017 recibió el Premio Nacional de la Juventud en el área de Derechos Humanos.

Imparable, Carolina Santos estudia actualmente la maestría en Humanidades en la Universidad Autónoma del Estado de México. Además, forma parte del grupo Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica. Por si fuera poco, forma parte de Notimia, la Agencia de Noticias de Mujeres Indígenas y Afrodescendientes, desde donde lucha por el derecho a la educación de las minorías y el respeto a la identidad de las comunidades.

Carolina Santos Segundo
Foto: © Carolina Santos Segundo
 8. Scott Miguel Munguía Olvera
  • Ingeniería química en el ITESM

Cuando aún estaba en la universidad, Scott Munguía descubrió que en la semilla de aguacate hay un biopolímero que puede ser extraído y convertido en bioplástico. Su descubrimiento no quedó ahí: el estudiante del Tec quiso llevar su tecnología fuera del laboratorio y creó la empresa Biofase para producir bioplástico, que se manipula como cualquier plástico pero con la ventaja que es biodegradable.

A partir de un producto de desecho, Scott generó un material nuevo y amable con el ambiente, que puede suplir los plásticos nocivos.

Scott Munguía
Foto: © Scott Munguía
9. Diana Laura Dillanes Mora
  • Ingeniería física de la Universidad Autónoma de Querétaro

Explicar lo que Diana desarrolla en el campo de la ingeniería física es algo complejo: términos como aleaciones Heusler, magnetorresistencia y la espintrónica forman parte de su trabajo. Digamos que por el desarrollo de este proyecto obtuvo un primer lugar en el Encuentro de Jóvenes Investigadores del estado de Querétaro.

¿A dónde más llegará con sus investigaciones?

Diana Laura Dillanes Mora
Foto: © Diana Laura Dillanes
10. David Ramírez Colula
  • Ingeniería en innovación y desarrollo

En 2015, David recibió el Premio Nacional de la Juventud, en la categoría Compromiso Social, por su trabajo a beneficio de la comunidad. Este premio fue el resultado de un esfuerzo que comenzó desde niño.

David cuenta en sus entrevistas cómo fue su trayectoria: desde la primaria supo que quería llegar lejos, por eso se preparó para hacer un buen papel en la Olimpiada del Conocimiento Infantil. Obtuvo el mejor puntaje estatal.

Este éxito fue el inicio de muchos más. Tenía claro su objetivo: esforzarse para lograr el proyecto que se propusiera. No fue sencillo: hubo concursos en los que participó pero no recibió premio alguno. Esto, lejos de desanimarlo, lo impulsó a continuar.

Fue en la secundaria cuando lo invitaron a SéLíder Mexicali, organización que promueve el liderazgo juvenil a través de acciones que ayudan a la comunidad, desde llevar útiles escolares a niños de bajos recursos hasta diseñar campañas para reducir la violencia.

En el tiempo en que estudiaban la preparatoria en el CONALEP, obtuvo el Premio Estatal de la Juventud en la categoría Labor Social por sus proyectos en beneficio de comunidades desfavorecidas.

Actualmente continúa en SéLíder y estudia la carrera de Ingeniería en Innovación y Desarrollo en el Tecnológico de Monterrey gracias a la beca del 100 % que obtuvo por sus méritos.

Escribe David en su Facebook:

“Los jóvenes tenemos el poder para cambiar al país. No somos apáticos, al contrario, tenemos las habilidades para comenzar a hacer acciones para mejorar nuestras comunidades”.

Este joven no se detiene ante las dificultades, sabe que puede cambiar al país con pequeñas acciones constantes y que cree en él mismo.cr

David Ramírez Colula
Foto: David Ramírez Colula

11 y 12. Fernando y Leonel Medina Varela

  • Preparatoria

Amigos de la Ciencia es una asociación que brinda asesoría gratuita a estudiantes de secundaria y preparatoria que desean participar en las Olimpiadas de Matemáticas y Astronomía. Este club fue creado en Los Mochis, Sinaloa, por los hermanos Fernando y Leonel Medina Varela, dos estudiantes que a su corta edad han recibido ya varios premios académicos.

Con su asociación, los Medina Varela acercan las ciencias básicas a niños y jóvenes: los asesoran en sus proyectos científicos y apoyan a los nuevos talentos para que participen en olimpiadas y ferias de ciencia locales.

Leonel no solo recibió el Premio Nacional de la Juventud 2013, en Ciencia y Tecnología, también obtuvo medalla de oro en la Olimpiada Nacional de Física ese mismo año. Al igual que su hermano, Fernando, el menor, mereció también el Premio Nacional de la Juventud 2016, en Logro Académico.

Fernando y Leonel Medina Varela
Fotos: © Fernando y Leonel Medina Varela
13. Eva Lizeth Hernández Rosa
  • Ingeniería en el MIT

Eva creó unas tiras reactivas que detectan infecciones vaginales. Además de tener un bajo costo, no son invasivas. Por esta gran aportación fue reconocida con el premio Estatal de la Juventud 2015.

Eva ha llevado su compromiso más allá de su invento, pues forma parte de la Asociación Civil Unión de Mujeres por un Mejor Futuro AC, que promueve los derechos de las mujeres.

La joven estudiante cuenta cómo el premio la sorprendió, pues pensaba que los reconocimientos solo los obtenían quienes venían de escuelas prestigiosas. Este hecho le hizo ver que es cuestión de proponerse las cosas y trabajar duro.

Eva Lizeth Hernández Rosa
Foto: © Eva Lizeth Hernández Rosa vía Milenio
 14. Cristóbal Miguel García Jaime
  • Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM

En el 2014, Cristóbal recibió el Premio Nacional de la Juventud, nada menos que por construir un acelerador de partículas con una inversión de tan solo 1000 pesos y ocho meses de trabajo. El joven, originario de San Miguel Totolapan, Guerrero, platica que lo que buscaba en un inicio era interesar a los jóvenes de su comunidad a acercarse a la ciencia.

Cuenta Cristóbal que desde que estaba en primaria le interesó la física. Por eso, actualmente estudia Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM. En su primer semestre conformó Ciencia Sin Fronteras, una asociación civil que divulga conocimientos de ciencia y cultura, y apoya a jóvenes para que realicen sus proyectos de ciencia y continúen sus estudios.

Cristóbal Miguel García Jaimes
Foto: © Cristóbal Miguel García Jaimes

15. Luka Barrena

  • Skater

Lo que más le gusta a hacer a Luka Barrena es la patineta. Tanto lo disfruta que ha llevado lejos su práctica: ya ha cosechado algunos premios y con su corta edad es todo un ejemplo a seguir. Tiene 15 años y lleva 9 rodando encima de una patineta.

A Luka le gustaría que hubiera más parques en México y que la sociedad dejara de ver a los jóvenes que practican la patineta como chicos vagos. Es un deporte que requiere muchas horas de práctica, y eso es lo que demuestra Luka en cada competición. Luka es un chico que logra combinar sus estudios con la práctica de su deporte.

Luka Barrena
Foto: © Luka Barrena

16. Jonathan Christhan Sánchez Pérez

  • Ingeniería Aeronáutica en la Universidad Politécnica Metropolitana de Hidalgo

El Air and Space International Program es un concurso anual desarrollado por la NASA, en el que pueden participar jóvenes de secundaria, preparatoria y universidad. En su 17ª edición, el segundo lugar lo obtuvo Jonathan Sánchez Pérez, un estudiante de Ingeniería Aeronáutica de Tultepec, Estado de México.

El proyecto con el que participó Jonathan constaba de propuestas para mejorar un satélite que podría rondar Júpiter para estimar probabilidades de vida en este planeta, para generar energía para una colonia, entre otras aplicaciones.

El sueño de Jonathan era poder entrar a este concurso… y lo logró. ¿Cuál será su siguiente meta?

Jonathan Cristian Sánchez Pérez
Foto: © Proceso

17. Ricardo Pablo Pedro

  • Química en el MIT

La infancia de Ricardo no fue fácil: desde niño tuvo que trabajar para comer. Desde entonces tuvo claro que estudiar lo llevaría lejos. Hijo de zapotecas, Ricardo nunca aprendió su lengua materna, pues su madre pensaba que si se la enseñaba lo podrían discriminar.

El joven, que cursó sus estudios básicos en escuelas públicas en Oaxaca y Morelos, eligió la UNAM para estudiar química. Gracias a una beca de Conacyt llegó al MIT en Boston. Concluido el primer año, la universidad estadounidense decidió brindarle todo el apoyo económico para que continúe con ellos.

El éxito de Ricardo se debe al estudio y a la dedicación que ha puesto y al amor a la ciencia.

Ricardo Pablo Pedro
Foto: © Proceso
 ¿Y tú?

Alexa, Eric, Victoria, Arturo, Ana, Julián, Carolina, Scott, Diana, David, Fernando y Leonel, Eva, Cristóbal, Luka, Jonathan y Ricardo no son seres extraordinarios: son tan solo chicos que le ponen el corazón y todas las ganas a sus proyectos, que no se dan por vencidos y que confían en sí mismos.

Estos jóvenes parecen decirnos que el éxito consiste en empezar, en disfrutar el proceso, en llevar hasta el final sus ideas y seguir persiguiendo más sueños.

A ti, ¿qué te gusta hacer? Cómo ellos, tú puedes alcanzar lo que te propongas: solo es cuestión de dedicación y de creer en ti.

Fuente: www.canva.com